Caspiroleta

No se como suene pero no me he sentido tan lejos de Colombia, creo que el haber consumido tanta televisión mexicana desde la niñez ha hecho que ni las costumbres, ni el acento me sean extrañas. (Pedro no entendía mi emoción al ver en la calle el letrero «aguas frescas»).

En lo que sí me he sentido leeejos de Colombia, es por la sistematización de algunos procesos (que en  Buenos Aires también viví pero no tuve la oportunidad de escribir) para hacer uso de la ciudad, como comprar un tiquete de bus, una tarjeta, pagar el parqueadero, entre otros.

 Los sistemas que simplifican procesos para ‘usar’ la urbe,  son denominados interfaces públicas o urbanas. El concepto interfaces públicas lo escuché por primera vez en el CHI2005,  en el Workshop «Engaging The City: Public Interfaces As Civic Intermediary», donde examinaban la interrelación entre la tecnología y el ambiente urbano, aunque no hice parte de todo el taller, se enunciaron algunas características a tener en cuenta en el diseño de interfaces de este tipo, lo más importante diseñar para caminantes.

Estuve buscando una  definición de este término, pero lo más llamativo que encontré relacionado fue una compañía que se denomina urban interface, donde la definen como una compañía que «conecta  la ecología y los medios para estudiar la relación entre el diseño y los sistemas emergentes en las ciudades».

En particular tuve una experiencia con «la tecnolgía urbana», específicamente para usar el Metrobús…(el Trasmilenio del D.F.) que también funciona con un sistema electrónico de tarjetas, pero que no te las vende una persona uniformada sino una maquinita con 3 ‘sencillos’ pasos, que sólo se vuelven fáciles cuando adquieres el hábito. La curva de aprendizaje es pequeña, pero a mi parecer no es tan ‘intuitivo'(sino no habría necesidad de 10  instrucciones), casi pierdo mi plata porque al comprar la tarjeta no la «valide», puse monedas, presione un botón, salió la tarjeta y asumí que ya estaba lista par viajar, pero en la instrucción 9 decía que había validar ingresándola de nuevo en la máquina y la cola se hizo enorrme por mi el descuido de la máquina, que pude notar afectó a muchos otros.  

Creo que en el diseño de este tipo de interfaces además de tener en cuenta la diversidad, y enfocarse en caminantes, es importante reconocer que la gente NO LEE, y no sabe seguir instrucciones, lo digo porque estuve analizando en varias oportunidades los problemas de la gente para  recargar sus tarjetas, además de que la máquina no da cambio y hace lo que le da la gana, no leen por miedo  a sentirse tontos, pero la tonta es la máquina y los que la diseñaron.

 (Una cosa que me parece digna de resalta en el metro del D.F. es la iconicidad de las estaciones)